La magia de los Dragones habita en mí desde mi más tierna infancia. Pero no es hasta el año 2010 que profundizo en esta extraordinaria energía.

Ese año en la celebración de Litha, al hacer la hoguera para honrar la energía del Fuego sentí una energía que emanaba puro poder. Se presento como el Padre Dragón. 

Un enorme dragón blanco con una energía de sabiduría y magnificencia brutal.

Al conectar con él y comunicarme me transmitió que comenzábamos una alianza para traer a los Humanos, los nuevos valores para la Edad del Humano que ya se estaba empezando a forjar.

Durante varios meses fui llevada a concilios, reuniones y mundos de Dragones, para entrenarme en esa tremenda energía.

Una vez conectada y tras mucho trabajo de expansión de consciencia y gestión mental llegó el esperado momento. Iban a transmitirme una serie de códigos de luz para los Humanos y su empoderamiento y libertad.

Tras varios años de canalización y trabajos personal en solitario y  con grupos de personas afines a esa energía; la energía Dragón quedo anclada en Gaia. Y así pudimos retomar la magia y recordar nuestra antigua alianza con estos magníficos seres, los Dragones.

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